EN SARPOURENX, EN EL SUR DE FRANCIA
Prohiben morirse por falta de tumbas
Un alcalde vasco ilegalizó las muertes porque no hay lugar en el cementerio. Prometió castigos.
Gérard Lalanne, el alcalde de Sarpourenx, un pequeño pueblo unos 260 habitantes en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos, ha descubierto el secreto de la inmortalidad. El truco consiste en ilegalizar la muerte. El alcalde, de 70 años, que se presentó a las elecciones municipales francesas del pasado 9 de marzo para afrontar su séptimo mandato, sacó un bando en el que indica expresamente que todo vecino que no tenga comprado un espacio en el cementerio del pueblo no puede morir. Si lo hace puede ser "severamente sancionado".
Y es que, según ha explicado el 13 de febrero pasado cuando publicó la orden, en el cementerio local no hay sitio para más nichos. El problema se agravó ante la negativa del tribunal administrativo de Pau, capital del departamento, que se opone a la expropiación de un terreno privado contiguo de cinco mil metros cuadrados y que permitiría hacer el cementerio municipal más grande.
El 11 de enero, el tribunal concluyó que los intereses de la familia propietaria del terreno estaban por encima de la operación que pretendía llevar a cabo el alcalde. Este, entonces, se lamentó: "Con esos metros, habríamos estado tranquilos durante siglos".
No hay que aclarar que la noticia provocó la burla en los medios franceses. Sin embargo, Lalanne cree que el problema es muy serio: "Creanme, vivo momentos difíciles. A lo mejor, para algunos tiene gracia, pero no para mí", aseguró.
"No puedo enterrar a más gente. El primero que se muera, se lo mando a la persona responsable de que no amplíen el cementerio", afirmó a la televisión pública France 3.
De momento, al parecer, los vecinos acatan la inmortalidad por decreto. De hecho, en 2007, sólo falleció una persona. Los más pesimistas se consuelan diciendo que siempre les queda la incineración. "Una urna no ocupa mucho espacio", aclaraba unos de los vecinos. Con esta decisión, el alcalde copió a su homólogo de Cugnaux, que tuvo el mismo problema el año pasado y logró su objetivo: nadie murió. Simplemente será cuestión de vivir para verlo.
Fuente Diario Clarin
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